Según explicaron los responsables de la planta de Treuenbrietzen al periódico alemán Markische Allgemeine las óperas y sinfonías de Mozart pueden ahorrarles miles de dólares en el tratamiento de los residuos cloacales. La tecnología fue desarrollada por la firma Mundus que sostiene que los microbios son susceptibles a las armonías y ritmos de La Flauta Mágica o Las Bodas de Fígaro.
Cuando se combinan con cantidades suficientes de oxígeno, los patrones musicales estimulan la actividad de los diminutos organismos que degradan los desperdicios humanos. "Lo cual significa que podemos ahorrar 1200 dólares por mes", relató el director de la planta Detlef Dalichow.
Las implicancias de este razonamiento poseen ramificaciones sorprendentes ya que se podría concluir con la misma lógica que los microbios que se comen las esces tienen una sensibilidad musical más refinada que los seguidores del reguetton
